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Ideas Lab

Escenografía Noel
Arquitectura, Proyectos, Espacios
Por: Julián Oquendo

02/Agosto/2020

En este manuscrito pretendemos hilar dos tópicos que surgieron de manera inesperada y nos acompañaron en los últimos meses de reflexiones y trabajo del 2015. Ambos aportan y cuestionan la idea de habitar, deslimitando, en un principio, la arquitectura como edificación y escalando dicha acción a espacios como el territorio y los recuerdos.

Colombia, una pregunta por su identidad y la memoria, y sus recuerdos como un espacio habitado en y por el tiempo.

Ya hace unos años, un grupo de docentes nos hicieron la pregunta sobre cuál es o era, en aquel entonces, la identidad de Medellín. Y como producto de esta pregunta reflexionamos sobre las estéticas de la necesidad y las atmósferas de esta ciudad, las que conllevan en el territorio y hacen parte latente de la identidad de la misma, no solo por ser un fenómeno estético sino social, habitacional y atmosférico.

La identidad podría ser un hecho (físico o no) heredado, que nos estructura el cómo y el quiénes somos. Somos un país como sociedad, extremadamente multicultural y plurigeográfica, y de allí parte una diversidad indefinida que nos representa.
Ahora, y de manera inesperada, aparece en nuestras reflexiones otra pregunta un tanto evolutiva: ¿cuál es la identidad de Colombia? Y alegres de vivir la experiencia de desarrollar proyectos a través de preguntas y no tan solo por una llamada de encargo, conformamos las siguientes costuras de respuestas, que permitieron por lo menos desarrollar el planteamiento principal del proyecto que esta revista evoca.

La identidad podría ser un hecho (físico o no) heredado, que nos estructura el cómo y el quiénes somos. Somos un país como sociedad, extremadamente multicultural y plurigeográfica, y de allí parte una diversidad indefinida que nos representa.

Para fines de nuestras reflexiones primarias respondemos que: el territorio nos define, nos afecta, nos inspira… y es allí, en aquel territorio donde ambos conviven (Colombia y sus colombianos), en su belleza, justamente en la que nos queremos concentrar. Su fuerte naturaleza funda los pilares de, lo que para nosotros, es la respuesta a la identidad.

“El paisaje no inicia hasta que el hombre reconoce la belleza de un lugar natural, así un país no es, sin más, que su paisaje”, Alain Roger. Colombia y Latinoamérica es un territorio colorido, es una composición tectónica innegable. Cuando haces un viaje dentro del país, su paisaje y en especial sus condiciones geográficas te marcan, realizan memorias del lugar donde se vive. Un viaje nunca es inapetente y mucho menos monótono, porque es una travesía de cielos, montañas, aguas, colores, sabores y sonidos que solo se describen en sentidos. El sentir de un país, el sentir de su belleza inhumana.

Este sentir es proveniente del paisaje que inspira, un paisaje que es capaz de recordarle al hombre la magnitud de un país que es bello y en esta belleza es precisamente donde encontramos arte. Citando nuevamente a Alain Roger, “un país no se convierte en paisaje más que bajo la condición del arte”.

Volviendo al hilo conductor, decidimos responder a la pregunta inicial, la identidad de Colombia está en: la geografía, el territorio y en sí, en su paisaje. Y como si se tratara de una misión que requiere santo y seña, avanzamos a la segunda etapa de reflexiones del proyecto y la construcción de sueños e ilusiones.